
Estaba leyendo, era la una y treinta y un minutos de la madrugada, Oscar wilde, la cabecera de la cama pegaba en la ventana, la única luz era de la lámpara en la mesita de noche; de pronto se escuchó un golpe afuera, justo en la puerta del patio de luz junto a su habitación, dejó de leer, se quedó medio minuto poniendo atención y escuchando en el silencio de la noche………..su corazón latía más fuerte………….nervios……….. sí habría sido el viento que soplaba fuerte o sí realmente era alguien entrando como lo pensó desde el primer momento, silencio, silencio…………silencio sepulcral…………
Cuando bajó la alerta y descartó que pudiera ser algún ladrón y pretendía seguir con su lectura, oyó un gemido hondo, largo y escalofriante, al incorporarse asustado y voltearse a ver, a través de la ventana traspaso una nube negra, brillante como escarcha, mudo, aterrorizado y paralizado vio a la nube de material extraño materializarse frente a él en una cosa horripilante y misteriosa.
Al amanecer nada parecía en desorden, anormal o alterado; después de esa noche Diego no volvió a soñar, a sonreír, ni a caminar tranquilo, ni a disfrutar de nada, dicen que tenia otra cara, fruncida, de angustia, de auxilio, de dolor, de malicia, su mirada espantaba, por su boca salían llantos.
Tres semanas después desapareció al estar leyendo en su cama.
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