
Apareces con la noche,
te cruzas en ese rostro
con tus facciones,
en ese cuerpo
con tu figura,
tus piernas
tantas lunas sin verte
y tan presente tu recuerdo,
un capricho del destino
no quiere provocar
el encuentro de nuestros labios,
de nuestro amor, nuestras almas,
sigo soñando el día
que nunca sucederá
la madrugada emerge
con su velo de nostalgias,
una respuesta tuya
sería un imposible,
me aferro a tu vestigio
indeleble ante el intento
me marcho con el animo en llanto,
con tu silencio como una derrota
dolorosa e hiriente.
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