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Decepción con reclamo



A nadie le interesa la poesía,
ni a los poetas,
ni a las madres de los poetas,
ni a los maestros tristes de los poetas.

Nadie quiere ser fornicado por metáforas
y menos por versos hechos a medida y corazón.

Nadie quiere tener entre las manos
Ese hierro quemante que es el poema.
Todos huyen cambiando las palabras
y alegres
las vuelven arroz
de membrillo recitable.

Nadie quiere a los poetas.
son detalles punzantes
que mejor no mirar.

Nadie quiere poesía porque les parte el alma.

Nadie quiere a mi poeta,
payaso y metonimia de la luz.
nadie quiere a mi poeta,
Albatros sin marino.

Nadie quiere el montón de alegre soledad de la poesía.

Seguramente ustedes equivocaron los sueños
o yo equivoqué los míos.

Jorge Charpentier.

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