
La forma en que colocas
tu cabello detrás de la oreja,
cada movimiento tan sutil,
escalofrío que enarbola el deseo,
la delicadeza de tus manos,
la fineza de tus dedos níveos,
la sensualidad en tus gestos,
suavidad y levedad a la vez,
detalles tan puros que enervan,
la gente en su afán no lo nota,
como levitar es tu esencia,
pasión que arrecia,
ventana del alma entreabierta.
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