Ir al contenido principal

Donde Matilde

Era la fiesta donde Matilde, una amiga de una amiga, vivia en un departamento de esos tipo condominio, estabamos en la sala, por lo tanto era pequeña y muy cuadrada, al fondo había un ventanal con un par de columnas de celosías a ambos extremos que daba a un patio trasero, era un tercer piso, el sillón grande pegaba a la pared del lado derecho; no sé como ni en que momento ni amigo de quien, apareció un mae de gorra, creo que blanca y empezó a tomarse unas friitas con nosotros y gaby con lo maldosa que es lo comenzó a molestar, siempre fastidiaba a los nuevos que quisieran o pretendieran entrar al grupo, le quitaba la gorra y se la tiraba hacía el ventanal, el mae iba y la recogía, regresaba, se volvía a sentar y oootra vez !, tomaba tres tragos de cerveza y la gorra volvía al fondo de la sala.

así sucedió como unas siete veces, sólo que este mae no era tan mancito, pero esa cabrona tampoco era dejada y cuanto más se enojaba el mae, más lo disfrutaba ella, expresaba esa sonricilla de maliciosa, y con más ganas le tiraba la gorra.

A la última lanzada a gaby le salió lo que quería desde el principio, la gorra se fue por las celosías y fue a dar al patio, cayó quien sabe en que parte, era bien noche, el patio estaba muy oscuro, no se distinguía nada y no hubo forma de recuperarla.

A ese mae tampoco lo volvimos a ver nunca.

Comentarios

esl ha dicho que…
tampoco de esa me acuerdo... jueputas veladas etílicas... lo que no se me olvida es el cuadro del conejo de playboy que tenía colgado el tata de esa mijita en la pared de su cuarto... todo un picaflor... va a haber que regalarle uno de esos al tan galan galan del timba...
Lokumos ha dicho que…
esa era la hembra de la sabana?

Entradas populares de este blog

Poema en deuda para ella

Tu mirada penetra en mi pasión, el deseo acaricia tu piel suave y lujuriosa, tu cuerpo es sendero y humedad. Me eriza tu voz susurrándome palabras de placer entre música y texturas,te rozo la espalda con la levedad de una pluma y lo agradeces con un dulce beso, lento y profundo. Me rindo en tus manos traviesas, me hundo en tu lascivia insolente, la noche se vuelve eterna entre tus piernas. El sudor es vestigio de la batalla, tu olor en cada poro,tu sabor que no se olvida. Son las once y te siento cerca.

El Bus

Él subió al bus, lo primero que hizo fue echar un vistazo general y luego examinar bien quien iba sentado en cada asiento, se habían puesto de acuerdo por celular: el bus rojo de las diez y treinta de la mañana, el del chofer buena gente. Ella era rubia, de perfil fino, facciones gráciles, ojos esmeralda y un cuerpo perfecto para pecar, él la ubico, los asientos eran un poco estrechos, la saludó como siempre “un beso en la boca” pero sus ojos avisaban un mal presagio. El viaje hasta la ciudad tardaba alrededor de treinta minutos pero a él le tomó mucho menos decirle lo inesperado, como un atentado, a ella le impresionó la celeridad, sin duda un nuevo record mundial. Él tocó el timbre, sollozos, silencio, lágrimas, pulso alterado, silencio, otro sollozo y de nuevo silencio, lágrimas, él callado, ella….. , era demasiado incómodo permanecer así, el rostro de alabastro de ella lo decía todo, deseaba que se largara pero que se quedara, no lo quería ver, que se bajara pero que no se fuera; é...

Nadie se lo imaginaba

Fue a orinar, era un lunes de agosto, comùn como tantos lunes, el dia estaba frio, ventoso, un poco oscuro, taciturno; en la oficina eran quince, la jornada transcurria normal, como muchas otras, sin sobresaltos, era hora despues de almuerzo, orinando vio una cosa extraña en el basurero justo a la par del inodoro, el basurero tenia una bolsa negra igual al color de ese ser raro y amorfo, en el momento que se percato de que habia algo pegado medio colgando del lado interno del basurero empezó la pesadilla ..........