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Mostrando entradas de 2009

Treinta Negro

Estaba leyendo, era la una y treinta y un minutos de la madrugada, Oscar wilde, la cabecera de la cama pegaba en la ventana, la única luz era de la lámpara en la mesita de noche; de pronto se escuchó un golpe afuera, justo en la puerta del patio de luz junto a su habitación, dejó de leer, se quedó medio minuto poniendo atención y escuchando en el silencio de la noche………..su corazón latía más fuerte………….nervios……….. sí habría sido el viento que soplaba fuerte o sí realmente era alguien entrando como lo pensó desde el primer momento, silencio, silencio…………silencio sepulcral………… Cuando bajó la alerta y descartó que pudiera ser algún ladrón y pretendía seguir con su lectura, oyó un gemido hondo, largo y escalofriante, al incorporarse asustado y voltearse a ver, a través de la ventana traspaso una nube negra, brillante como escarcha, mudo, aterrorizado y paralizado vio a la nube de material extraño materializarse frente a él en una cosa horripilante y misteriosa. Al amanecer nada parecía en...

Llueve

Morí una tarde lluviosa, de esos inviernos crueles, de torrencial melancolía, perfecta para agonizar, tan gris, tan húmeda, tan desahuciada, desesperanzada morí una tarde lluviosa, taciturna, con tormenta, pronunciando tu nombre.

A veces

A veces tengo deseos de dejar el porvenir quedarme en este pasado que tiene tus ojos volver y volver, seguir repitiendo el tiempo que fue de nosotros.

El imposible deseo

Luchar, ¿ por quien y para quien ? me digo, no tengo un ser querido en derredor, a nadie importa si me muero o vivo, ni a nadie le interesa mi dolor. Todo aquello que pedí me fue negado, ! y era tan poco lo que yo desee !, ni dineros, ni honores, solamente un dulce amor para fincar mi fé.

Abril de 1993

Melania estaba en una de las piedras hablando con la macha, criticaban a los hombres por ser tan tontos como novios, la música inundaba el parque, The cure, Caifanes, los peppers, cada cierto tiempo cambiaba la melodía pero a nadie disgustaba; pásame una birra playito, le decía kuqui a Luis, la noche era perfecta en las piedras!, por otro lado gaby le daba cien pesos al flaco para que le bailara sexy, cerca Hugo se picaba con rata por ver quien tomaba más guaro de un solo trago, la voz de melania resaltaba por sobre todo el murmullo de todos, timba yacía en una de las piedras listo para la foto, en posición fetal murmuraba algo como: no me muevan que me vomito; al nejas no había forma de callarlo, hablaba sin parar y ya se tambaleaba feo, kuqui le lanzaba proposiciones a melania: que mi amor!, que ricas ……, vamos por allá para enseñarle lo que es bueno le decía con mirada sádica, luis con su pelo largo empezaba a cantar lo que serian sus éxitos de Rock Star. De repente se vio una sombr...

SOFIA EN LA PENUMBRA

La conocí por mis amigos, era el tipo de mujer que…….., vivía cerca de la pulpería esquinera apodada “el chino rosa”, siempre se le veía ahí o en el parque la favorita, a unos metros de la pulpería, pero donde más le gustaba ir era al parque bellavista, a un par de cuadras de su casa; lo frecuentaba mucho con su prima, una muchacha muy linda pero no tan hermosa como ella, Sofía, alta, pelo negro lacio, largo, delgada, nariz fina, facciones delicadas, blanca como alabastro, mirada profunda, y unos labios bermejos y encantadores. No sé en que momento le empecé a hablar pero cuando me di cuenta ya nos teníamos cierta confianza. El bellavista es un parque inmenso, como de cuatro manzanas a la redonda, ahí fue donde sucedió, tiene una arboleda en la parte alta del parque, cancha de fútbol, de básquetbol, y un playground en la parte este del mismo, nunca nos olvidaremos de lo que pasó, estábamos Flaco, Javier, Sofía, Yo, Timba, y Andrea; ese día nos vimos desde la tarde y ya en la noche deci...

LA FIGURA

Recuerdo, recuerdo el autobús, era de esos antiguos, de los que la palanca de marchas parece una varilla y le baila para todo lado, que casi no le entran los cambios de marcha y al hacerlo la caja de cambios suena como quebrándose, como si le metieran un martillazo, a la vez que el chofer va madreando el estornaco que maneja. Ella era adivina, de esas que con sólo ver a la persona sabía su pasado, que le atormentaba y el porvenir bueno o malo que le esperaba; el bus funcionaba casi por puro milagro, todo le sonaba, todo lo tenia flojo, los asientos pequeños, de fibra de vidrio y plástico, duros e incómodos, el viaje fue largo y pesado, pero sobretodo cansado; la maga venia sentada junto a él, se rozaban muy seguido los antebrazos por el oscilar del bus, ayudado por la calle de lastre, ella lo volteó a ver con desconfianza, él también la miró rápidamente, y además de reojo notaba que llevaba algo extraño entre las manos, su piel estaba fría y olía raro. Él deseaba llegar pronto, ver el ...