
La conocí por mis amigos, era el tipo de mujer que…….., vivía cerca de la pulpería esquinera apodada “el chino rosa”, siempre se le veía ahí o en el parque la favorita, a unos metros de la pulpería, pero donde más le gustaba ir era al parque bellavista, a un par de cuadras de su casa; lo frecuentaba mucho con su prima, una muchacha muy linda pero no tan hermosa como ella, Sofía, alta, pelo negro lacio, largo, delgada, nariz fina, facciones delicadas, blanca como alabastro, mirada profunda, y unos labios bermejos y encantadores. No sé en que momento le empecé a hablar pero cuando me di cuenta ya nos teníamos cierta confianza.
El bellavista es un parque inmenso, como de cuatro manzanas a la redonda, ahí fue donde sucedió, tiene una arboleda en la parte alta del parque, cancha de fútbol, de básquetbol, y un playground en la parte este del mismo, nunca nos olvidaremos de lo que pasó, estábamos Flaco, Javier, Sofía, Yo, Timba, y Andrea; ese día nos vimos desde la tarde y ya en la noche decidimos ir al bella a hacer una fogata y tomarnos unos tragos y cervezas, hay una banca en lo alto del parque metida entre la arboleda con una vista increíble del barrio, con unas montañas imponentes de fondo, era el sitio predilecto para hacer fogatas, estaba como empotrado en lo oscuro.
Timba le hacia números a Andrea, empezaba su rutina de ligador, que buena que está!, le decía a flaco, no se me escapa hoy, yo prendía el fuego junto con Javier, Sofía sentada observaba las estrellas a través de los árboles, el cielo estaba casi despejado, fumaba un cigarrillo, sus bocanadas de humo hacían figuras extrañas en el aire. Luego ya cómodos hablamos de temas de la vida, del mundo, del amor, todos hablaron un poco de sus experiencias y desamores, me impresiono como una mujer puede amar tanto, entregarse sin medida, que tenga un amor tan noble, que a pesar del rechazo sigue amando con esa intensidad, no le importa si su pareja la hirió o la elevo, lo ama por sobre todas las cosas sin tiempo, desinteresadamente, un amar pleno, amar es compartir incluso la vida propia, esos temas siempre son atrayentes y amenos, al rato bromeábamos a la vez que flaco empezaba con su show y no dejaba de mirar fijamente a Sofía, las cervezas comenzaban a hacer efecto, el momento era cálido, todos alrededor de la fogata, timba ya abrazaba a Andrea y le decía secretitos al oído, Javier buscaba más madera para mantener el fuego, yo estaba sentado en un extremo de la banca, un poco ido viendo el fuego, con la cerveza en la mano, me abstraía pensando en ella, en la que vuela, la inasible.
A las once y media ya cuando estábamos alegrones y empezaban a salir verdades y secretos, detrás de un árbol se escuchó un paso y una figura se asomo por el tronco, al principio solo lo noté yo, pero no le di importancia, efectos del alcohol supuse, después de unos minutos volvió a suceder y ahora se dio cuenta Andrea también, vieron eso!, dijo incorporándose un poco, con cara de asombro e incertidumbre, que cosa?, dijeron los demás uno tras otro, como una sombra entre los árboles dijo Andrea, si es cierto yo también la vi, les asegure, respaldando a Andrea, debe ser efecto del fuego dijo flaco ya un poco nervioso, Sofía permanecía callada, hubo un lapso de silencio en que todos nos quedamos pensando en la situación, sí podría pasar algo así, seguro es la sombra de Javier que le anda huyendo, semejante personaje cualquiera, dijo timba en broma para romper la tensión, pero a los segundos se escucho un lamento largo y profundo, todos se volvieron a ver con cara de terror, de un árbol que estaba al frente de la fogata salió una sombra con forma humana y sin temor a ser vista, se quedó señalando a Sofía.
El bellavista es un parque inmenso, como de cuatro manzanas a la redonda, ahí fue donde sucedió, tiene una arboleda en la parte alta del parque, cancha de fútbol, de básquetbol, y un playground en la parte este del mismo, nunca nos olvidaremos de lo que pasó, estábamos Flaco, Javier, Sofía, Yo, Timba, y Andrea; ese día nos vimos desde la tarde y ya en la noche decidimos ir al bella a hacer una fogata y tomarnos unos tragos y cervezas, hay una banca en lo alto del parque metida entre la arboleda con una vista increíble del barrio, con unas montañas imponentes de fondo, era el sitio predilecto para hacer fogatas, estaba como empotrado en lo oscuro.
Timba le hacia números a Andrea, empezaba su rutina de ligador, que buena que está!, le decía a flaco, no se me escapa hoy, yo prendía el fuego junto con Javier, Sofía sentada observaba las estrellas a través de los árboles, el cielo estaba casi despejado, fumaba un cigarrillo, sus bocanadas de humo hacían figuras extrañas en el aire. Luego ya cómodos hablamos de temas de la vida, del mundo, del amor, todos hablaron un poco de sus experiencias y desamores, me impresiono como una mujer puede amar tanto, entregarse sin medida, que tenga un amor tan noble, que a pesar del rechazo sigue amando con esa intensidad, no le importa si su pareja la hirió o la elevo, lo ama por sobre todas las cosas sin tiempo, desinteresadamente, un amar pleno, amar es compartir incluso la vida propia, esos temas siempre son atrayentes y amenos, al rato bromeábamos a la vez que flaco empezaba con su show y no dejaba de mirar fijamente a Sofía, las cervezas comenzaban a hacer efecto, el momento era cálido, todos alrededor de la fogata, timba ya abrazaba a Andrea y le decía secretitos al oído, Javier buscaba más madera para mantener el fuego, yo estaba sentado en un extremo de la banca, un poco ido viendo el fuego, con la cerveza en la mano, me abstraía pensando en ella, en la que vuela, la inasible.
A las once y media ya cuando estábamos alegrones y empezaban a salir verdades y secretos, detrás de un árbol se escuchó un paso y una figura se asomo por el tronco, al principio solo lo noté yo, pero no le di importancia, efectos del alcohol supuse, después de unos minutos volvió a suceder y ahora se dio cuenta Andrea también, vieron eso!, dijo incorporándose un poco, con cara de asombro e incertidumbre, que cosa?, dijeron los demás uno tras otro, como una sombra entre los árboles dijo Andrea, si es cierto yo también la vi, les asegure, respaldando a Andrea, debe ser efecto del fuego dijo flaco ya un poco nervioso, Sofía permanecía callada, hubo un lapso de silencio en que todos nos quedamos pensando en la situación, sí podría pasar algo así, seguro es la sombra de Javier que le anda huyendo, semejante personaje cualquiera, dijo timba en broma para romper la tensión, pero a los segundos se escucho un lamento largo y profundo, todos se volvieron a ver con cara de terror, de un árbol que estaba al frente de la fogata salió una sombra con forma humana y sin temor a ser vista, se quedó señalando a Sofía.
Todos nos pusimos pálidos, el ambiente se torno pesado, comenzaron a salir sombras de otros árboles y se acercaban, Sofía se puso de pie, era la única que no temblaba, que no se le notaba el miedo saliendo por su cuerpo, los demás nos hicimos un puño unos contra otros, pero que buscaban de ella?, porque la buscaban a ella?, que los atrajo a ella?, avanzó dos pasos, se quedo inmóvil viendo a la sombra, se veían, pasaron unos segundos eternos, parecían hablarse con la mente, luego tocó a la sombra por sobre el fuego, inmediatamente se desintegro, una chispa subía hacia el cielo desapareciendo, atónitos y pasmados observábamos lo inexplicable, impávida Sofía se volteo y conforme iban llegando las otras sombras las tocaba y sucedía lo mismo, de pronto su aura empezaba a hacerle visible y más visible cada vez, brillaba increíblemente, dentro de la confusión trataba de buscarle una explicación y pude comprender lo que pasaba y confirme con ella después; las sombras buscaban un alma llena de amor que las pudiera liberar del limbo, de vagar infinitamente en este mundo, salir de la dimensión en que se encontraban, con un poco de su amor podrían obtener el perdón de Dios.
No sabría decir cuánto tiempo transcurrió mientras sucedió todo, cuando Sofía termino cayó pesadamente en la banca, se veía muy débil, no habló por unos minutos, Andrea le tomó la mano para calmarla y precisamente ella misma era le menos tranquila, flaco la abrazo y le dio un poco de beber, Javier había salido corriendo hace rato del miedo, timba desconcertado, asustado, trataba de hacerse el fuerte, yo me quede de pie observándola, como tratando de que su mirada me diera una explicación, temblaba, tomaba y tomaba cerveza por los nervios y el temor, no me lo terminaba de creer. Cuando Sofía habló dijo: querían mi ayuda, necesitaban mi ayuda, me lo suplicaron, eran hombres, mujeres, y algunos niños que sufrieron muertes horribles, lo vi todo, vi sus rostros torvos llenos de pánico, desesperados por una esperanza de poder conseguir la salvación del creador; me dijeron que mi alma tiene una luz especial por mi capacidad de amar, yo no lo creo pero tampoco me podía negar. Esa madrugada de regreso a mi casa no pude dormir en lo absoluto.
Después de esa noche no volvimos a ir al parque bellavista por un buen tiempo, y nunca nadie nos creyó lo que pasó ese día, incrédulos nuestros amigos se burlaban de nosotros y las sombras. Sofía me contó una vez que siguió viendo y teniendo contacto con seres sobrenaturales, hace tres años no se nada de ella.
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