Hoy tomé cafe sin ti,
la noche como siempre,
casi la misma gente,
húmeda luna, frío reinante,
pero es diferente sin ti,
la bulla del lugar ensordece,
me hace sentir más abandonado.
Llega la hora en que siempre
nos ibamos, cierro el libro,
me levanto y me pregunto 
por tu ausencia.
Camino, noche despejada,
una brisa helada me ataca,
me hace extrañar tu mano,
me mimetizo con la noche, 
entre sombras heridas divago,
caen gotas de lluvia,
presagio de tu ausencia.
Tu mirada penetra en mi pasión, el deseo acaricia tu piel suave y lujuriosa, tu cuerpo es sendero y humedad.  Me eriza tu voz susurrándome  palabras de placer entre música  y texturas,te rozo la espalda  con la levedad de una pluma  y lo agradeces con un dulce beso, lento y profundo.  Me rindo en tus manos traviesas, me hundo en tu lascivia insolente, la noche se vuelve eterna entre tus piernas.  El sudor es vestigio de la batalla, tu olor en cada poro,tu sabor que no se olvida. Son las once y te siento cerca.      

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