Se dejaba influenciar totalmente por el sistema, por el “status quo”, por esta sociedad tan superficial, capitalista, consumista, desacertada, todo su comportamiento lo hacia en función del “que dirán”, busca ser el ciudadano ejemplar, intachable en su actuar, detesta los excesos, demasiado correcto, no piensa diferente, respeta la ley ante todo, no (las pone en duda), se deja arrastrar por la masa, los títeres colectivos, no apoya las huelgas, siempre obedece a los policías y les da la razón, trabaja horas extra para que vean lo trabajador y esforzado que es, para que digan: que responsable !, es de admirar y seguir el ejemplo, hay que ser como él, trata de dar una imagen a todos de bueno, critica a todos por sus acciones y trata de que todos piensen como él, actúen como él, hagan lo que el haría, no se da gustos, trata de imponer su voluntad de una manera muy sutil, de ahí que se ha vuelto amargado, todo un abuelo joven, demasiado tranquilo, no frecuenta bares, discotecas, cantinas, siempre tiene que ahorrar lo máximo, se jacta de su superávit financiero, le da pavor cometer una falta, una infracción, nunca maneja a altas velocidades, no le gusta trasnochar, se controla en exceso, no hace locuras, que por un minuto no le importe nada ni nadie, que se desquicie, se libere, que haga lo que realmente quiera hacer pero no, simplemente se deja llevar, dominar, engañar, imponer una conducta falsa, ser un número más, ser un cualquiera, igual que Jaime, Gerardo, Evelyn, Juan Carlos, Marta, uno más del montón.
El mundo no tiene ese rostro feliz que nos venden, que nos hacen creer tiene muchos días trágicos, sombríos, lúgubres, tiempos de muerte, lágrimas y dolor el olvido todo lo va cubriendo con flores y hojarascas la vida tiene un cementerio en el alma que no visita la gente cubre su sufrir con una sonrisa, su agonía con una alegría impostada, se tragan el dolor con un silencio el mundo solo muestra su lado positivo, su foto de amanecer radiante, pero nada es siempre bueno, nunca solo felicidad el lado oscuro que no queremos, que ocultamos como una vergüenza la soledad y su sombra de vacío sin fin, la luz que no logra entrar donde no lo permitimos.
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